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    Mirar el Popocatépetl

    Desde hace más que 500 años el volcán mexicano Popocatépetl, ha sido objeto de la asidua curiosidad de quienes lo tienen en la mira. Y gracias a las redes sociales esa vigía se ha multiplicado al orbe entero. Famoso por su leyenda y por las espectaculares fumarolas que regala, es que se generan postales maravillosas e irrepetibles; hoy hay más de 10 millones de instantáneas que arroja el mayor buscador del planeta, tras teclear su nombre en el espacio virtual, lo que hace que el Popocatépetl sea un referente indisociable de la idea sobre la fotografía de naturaleza.

    Foto Arturo Galicia

    Este impacto visual del coloso ya era retratado desde la antigüedad, pues en ilustraciones antiguas como en el códice Florentino o el códice Huamantla está plasmado entre sus hojas. La fascinación por su imagen es evidente pero también su estudio, ya que desde tiempo ancestral se conocen sus diferentes fases: Xiuhtépetl  o erupción de lava, Xalliquéhuac  o arena que vuela y Popocatépetl, cerro que humea.

    En tiempos más recientes “Don Goyo”, como también le llaman los lugareños a este volcán, ha entrado a una fase más activa; desde hace 10 años inició con exhalaciones de vapor de agua y cenizas casi a diario, incluso, en cada vez más frecuentes noches ofrece un espectáculo de imagen con explosiones de material incandescente.

    El cambio climático también ha impactado en el Popocatépetl que ya perdió sus glaciares. Sin embargo, en época de lluvias y hacia los meses finales del año ofrece vistas de su cráter nevado como un regalo a la vista y asombro ante la belleza de la naturaleza que, en combinación con las impresionantes fumarolas, son instantes en que bien vale la pena detenerse a disfrutar y por qué no reflexionar sobre la dimensión humana en proporción al orden natural, y cómo hemos alterado nuestro entorno al grado de incidir en colosos como el Popocatépetl que son necesarios para el orden de los ciclos naturales del planeta.

    Y a pesar de que nos encontremos una y otra imagen del volcán,  su rostro no se agota, porque cada fotografía es huella digital única e irrepetible, prueba de la vida de este coloso y de la vitalidad y seducción que produce en los cientos de apasionados por retratarlo, y en los millones que podemos espiarlo a través de las fotografías.

    Foto Arturo Galicia

    El gobierno mexicano y diversas instituciones académicas mantienen un monitoreo permanente de su actividad y no se descarta que en próximas décadas pueda tener una actividad eruptiva mayor. Si quieres revisar el semáforo de alerta o la vista en tiempo real visita la página web del Cenapred.

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